Los bebés no perciben la profundidad hasta que tienen aproximadamente 5 meses. Esta es una de las razones por la que muy pocos logran ser gimnastas olímpicos. De hecho, básicamente son ciegos por los primeros tres meses, ya que solo son capaces de distinguir lo que está justo frente a ellos. En cambio, los murciélagos tienen muy buena visión. Por eso el dicho realmente debería decir "ciego como un bebé".